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Helechos:

Añadiendo al agua de riego el zumo de un limón, podremos mantenerlos verdes y frondosos, también en otoño. No hay que olvidarse de ponerlos de vez en cuando en un lugar fresco.

Hemorragia:

Un pañuelo de papel o una hoja de papel absorbente del que se emplea en la cocina pueden servirte perfectamente para contener la hemorragia causada por una pequeña herida, un corte leve, por ejemplo. Empapa el pañuelo en agua caliente y aplícalo sobre la herida. El calor tiene el efecto de coagular la albúmina de la sangre y la hemorragia se detendrá.

Hemorroides:

Colocarse una patata cruda y rallada en la parte afectada, en forma de cataplasma, sirve para calmar el dolor de hemorroides.

Hierba:

Para quitar las manchas de hierba deberás frotarlas suavemente con algún algodón impregnado en alcohol. Después, lava la prenda con agua y jabón.

Hipo:

Detén el ataque de hipo, masticando lentamente un terrón de azúcar empapado en vinagre.

Otros remedios contra el Hipo: dos gotas de limón en la boca y se acabó.

Tápate las orejas y traga un vaso de agua (como es lógico, alguien tendrá que ayudarte).

Bebe lo más pronto posible un zumo de limón natural.

Hojas:

El polvo que se posa sobre las hojas, hace casi imposible que las plantas puedan respirar, además de impedir la filtración de la luz. A la hora de limpiarlas, la parte interior de una piel de plátano es ideal. Hay que frotar con suavidad.

Si se frotan las hojas con un paño suave y empapado en cerveza, no sólo las libraremos del polvo acumulado, sino que además las dejaremos brillantes.

Un algodón empapado en leche deja también las plantas limpias y brillantes. Lo que nunca se debe utilizar son productos químicos o pulverizadores, pues resultan tóxicos.

A causa del exceso de cal, las hojas pueden presentar ciertas manchas blancuzcas. Para eliminarlas, mezcla una cucharada de vinagre en un litro de agua y pulveriza mensualmente la planta con ese líquido.

Un pincel fino también puede servir muy bien para limpiar las hojas de nuestras plantas.

Los aerosoles (lacas para el pelo, abrillantadores de muebles, ambientadores, etc.), son muy perjudiciales para las plantas y hacen que aparezcan manchas en las hojas.

Para recoger con facilidad las hojas muertas debe de atarse al rastrillo un trozo de alambre bien extendido entre los dientes.

Cuando comprobemos que las hojas de una de nuestras plantas giran hacia la luz, es importante que giremos el tiesto de vez en cuando un cuarto de vuelta.. Así el crecimiento se hará por igual.

Horno:

Si quieres evitar la ingrata tarea de limpiar el horno, sólo tienes que forrarlo por dentro con papel de aluminio antes de cada utilización.

Hortensias:

Si queremos que florezcan azules, añadiremos a la tierra de la maceta, antes de que la planta florezca, ralladuras de hierro, clavos oxidados o polvo de pizarra.

Huevos:

Para comprobar si están bien: En un cuenco de agua introducir el huevo, que debe caer al fondo; en caso de que suba a la superficie, ladeado, no debe consumirse.

No deben consumirse nunca recién sacados del frigorífico, sino a temperatura ambiente.

Para preparar una tortilla francesa rellena, verter los huevos batidos en una sartén con el aceite bien caliente, dejar que se cuajen y añadir el relleno elegido.

Una forma de distinguir los huevos crudos de los cocidos, caso de que se mezclen, es la siguiente: Hacer girar el huevo alrededor de sí mismo. El huevo duro deja de girar antes que el crudo.

Para eliminar las manchas de yema de huevo, deberás rascarlas suavemente con la uña o bien con un cuchillo y lavarlas a continuación con agua caliente y detergente. Si el tejido es delicado, aplica quitamanchas en spray.

Huevos cocidos:

Un truco para que los huevos no revienten mientras se cuecen consiste en poner en el agua de cocción dos o tres cerillas usadas.

Para evitar que se pasen los huevos duros, ponlos en un cazo lleno de agua fría con sal y un poco de vinagre. Apaga el fuego en el momento que empiece a hervir el agua. Deja los huevos en ella hasta que ésta esté templada. En ese momento estarán cocidos.

Huevos fritos:

Para conseguirlos especialmente ricos es recomendable freírlos en una sartén pequeña y con el aceite hirviendo.

Al preparar huevos fritos o escalfados puedes evitar salpicaduras y conseguir que la yema no se rompa, si en lugar de dejarlos caer directamente, se echan primero en un plato y desde ahí se deslizan suavemente en el agua o en el aceite.

Huevos en tortilla:

Para conseguir la tortilla esponjosa hay que romper las yemas y mezclarlas con las claras sin demasiada insistencia. La mezcla no se debe batir durante mucho tiempo.

Si en el momento de hacer la tortilla no tienes suficientes huevos, puedes agregar a la misma un poco de leche.

Humedad:

Si colocas un recipiente que contenga sal gorda en la parte baja de un armario, ayudaremos a mantener el ambiente seco, pues la sal absorberá el exceso de humedad.

Las manchas de humedad de la ropa se hacen desaparecer echando unas gotas de amoníaco en el agua de la colada.

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Insomnio:

Para luchar contra el insomnio, vete a la cama siempre a la misma hora y procura hacer lo mismo al levantarte, aunque no hayas dormido lo suficiente.