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Quemaduras:

Sigue siendo buen remedio el utilizar la pasta de dientes como pomada. Tiene un efecto anestesiante.

Quemadura solar: Éste se elimina fácilmente untando la parte afectada con yogurt, se deja secar y se enjuaga con agua tibia.

Para resistir el roce de la ropa o las sábanas frota ligeramente tu piel con harina de maíz (en México usan Maizena).

Si nos quemamos la lengua comiendo, es bueno enjuagarse la boca con vino tinto: hará que la quemazón desaparezca.

Queso:

El queso que se haya resecado recuperará su cremosidad si lo dejamos remojar en leche durante algunas horas.

Si encuentras demasiado picante un determinado queso de roquefort, rebájalo fundiéndolo al baño María con mantequilla o margarina: tendrás un delicioso queso para untar.

Es conveniente durante la época de calor conservar el queso en el frigorífico para evitar que pierda su grasa; teniendo presente que cuando se vaya a consumir hay que sacarlo con media hora de antelación, para que recupere el sabor y la cremosidad.

Para conservar fresco durante más tiempo el queso gruyere, cúbrelo con un paño empapado en leche antes de meterlo en el frigorífico.

Quitamanchas:

Antes de utilizar cualquier otro producto industrial tipo quitamanchas, aunque nos digan que es inofensivo, es mejor probarlo sobre un lugar poco visible de la prenda, como los dobladillos, para tener la seguridad de que la tela lo admite sin problemas.

El agua en la que se han cocido judías blancas (cuando no se les ha puesto sal) es un quitamanchas formidable para la ropa de algodón, lana o seda.

R

 

Rábanos:

Los rábanos se conservan perfectamente si están metidos en una bolsa de plástico perforada, dentro del frigorífico.

Repollo:

Cuando se cuece el repollo es fácil que la casa se llene de malos olores. Una forma de evitarlo es poner en la olla un trozo de miga de pan. Posteriormente, al guardar la verdura en la nevera, se conseguirá que no transmita su olor a otros alimentos, colocando a su lado un recipiente de vinagre.

Resaca:

Un buen remedio es tomar en ayunas una mezcla compuesta por medio vaso de aceite de oliva, el jugo de un limón, una cucharadita de crema de leche u una yema de huevo azucarada.

Resfriado:

Mirar catarro

Rimel:

Las manchas de rimel o maquillaje se deben de quitar, antes de proceder al lavado de la prenda, con agua y amoniaco.

Rodillas:

Si tus rodillas son gruesas y están bastante desarrolladas, aplícate un buen producto anticelulítico en ellas y ponte a pedalear tumbada como si fueras en bicicleta. Si eres constante, en unos meses verás los resultados.

Andar un ratito de puntillas todos los días, ayuda a mantener el buen aspecto de esa zona situada por encima de las rodillas, tan importante estéticamente cuando se usa minifalda.

Ropa:

Si quieres que la ropa blanca te quede muy blanca... Añade un chorrito de amoniaco al detergente y verás. 

Las manchas amarillas que salen en la ropa blanca que ha estado mucho tiempo guardada suelen desaparecer poniendo la prenda en remojo con vinagre blanco. No hay que olvidarse de aclararla concienzudamente, antes del lavado normal de la prenda. Para evitar que se vuelva amarillenta, colocar papel de seda azul entre sus dobleces cuando la guardemos en el armario.

Las manchas de bebidas azucaradas (o de postres) en la ropa, pueden quitarse frotando sobre ellas con un trapo empapado en agua tibia. Hay que cambiar el trapo de vez en cuando, hasta que la mancha desaparezca. Si esto no da resultado, se debe agregar un poco de alcohol de 90º al agua tibia.

Para que la ropa desprenda un olor agradable y fresco, pon un poco de extracto de lavanda en un litro de agua, llena un pulverizador con ella y pulveriza la ropa antes de plancharla.

Rosas:

Para que una rosa recién cortada despida su mejor aroma colócala en un florero sin base.

Cuando colocamos las rosas en un jarrón lleno de agua, es mejor no cortar las espinas que no estén sumergidas. Por el contrario, sí debemos cortar las que están dentro del agua.

Un buen truco para recuperar un ramo de rosas consiste en envolver las flores de noche, una por una, en una hoja de periódico humedecida en agua, procurando que queden herméticamente cerradas.

Cuando podes un rosal debes recordar que es indispensable eliminar las ramas con más de 7 hojas (de no disponer de hojas, hay que guiarse por los nudos). De no hacerlo, tirarían demasiado de la planta y la dejarían desarrollarse en todo su esplendor.

Las pieles del plátano y de la cebolla, enterradas alrededor de las raíces del rosal, tienen el poder de acentuar el perfume de las rosas.